3 claves para afrontar la derrota en ajedrez

Por Patricia Córdoba, Psicóloga invitada de la web www.tupsicologia.com

Artículo relacionado: Aprende a fracasar a través del ajedrez.

El arte de saber perder en ajedrez

Sé que el título puede parecer poco atractivo porque, si te gusta leer Blogs de ajedrez como éste, probablemente busques cómo ganar y no lo contrario. Está bien, es más que lógico y deseable; si puedes optimizar tu rendimiento, si puedes triunfar, ¿por qué no hacerlo?

¿Qué prefieres ganar o perder? Obvio, ¿no?

Perder se asocia a fracasar, a alejarse de los objetivos que te marcas. Lo reconozco, dicho así, no pinta nada bien. Pero ¿y si redefinieras tu concepto de perder?, ¿y si tus derrotas pudieran tener una funcionalidad a posteriori? Quizá entonces podrías empezar a contemplarlo desde otra perspectiva más benévola.

Sí, lo sé, aún no me lo compras, aún no te convence. Puede que pienses “sí, sí, muy bonito eso de perder no importa, pero es ganando un partida cuando siento que avanzo verdaderamente”

Claro, eso es porque el triunfo te da un feedback positivo inmediato sobre tus jugadas  que sirve de reforzador de tu ego, de tu autoestima y de tu autoconfianza, especialmente en esos primeros momentos post-partida.

Por otro lado, tu escepticismo también puede indicar que llevas muy mal eso de perder y probablemente tengas lo que se llama baja tolerancia a la frustración, reaccionando con ira exacerbada cuando las cosas no salen como deseabas, sometido a un perfeccionismo rígido que no concibe el error.

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¿Y qué, si me gusta ganar?

No te engañes, perseguir el éxito no es malo, lo que es dañino es huir como fugitivo de la equivocación y renegar de ella.

Algunos jugadores se han cavado su propia tumba, abandonando incluso la competición, limitando su potencial o jugando sólo con determinados oponentes   que les garanticen la victoria. No eligen, el miedo a perder elige por ellos.

Uno de los primeros ejemplos del “no saber perder” data de una partida jugada en Hasting en 1895 entre Steinitz y Bardeleben, donde el segundo jugador al ver que estaba en una posición de mate forzado se levantó y salió disparado de la sala de torneo sin decir una palabra. A pesar de ello, y para deleite de los aficionados allí presentes, el primer Campeón Mundial oficial pudo demostrar cómo hubiese terminado la partida. Quien no supo perder, se perdió el final también.

El máximo exponente del mal perdedor sería el tramposo, quien contamina del todo la deportividad (fair play) y el sentido del juego, sustituyendo el reto por el engaño. Algunos ejemplos de esto en el Blog IChess.es:

  • Uso de auricular encubierto: un cómplice del tramposo mira la partida a través de un transmisor, y a través del auricular le sopla la mejor jugada indicada por una súpercomputadora. (ex. 2006 World Open, 2 jugadores fueron descalificados)
  • Un jugador fuerte juega bajo el nombre de un jugador débil para cobrar en categorías menores a su nivel (ej. 1993, John von Neumann en el torneo Abierto de Philadelphia)
  • Ayuda en persona: Un jugador débil deja su tablero para pedirle ayuda a un jugador más fuerte (ex. 2002 World Open, 2 jugadores Rusos trabajan entre sí.)
  • Ayuda en el baño: Ausentarse varias veces durante la partida para ir al baño y conseguir ayuda de un programa de ajedrez. 
  • Trampa en el ajedrez por internet: Usar un programa para ayudarte con las jugadas online (ex. 2004, GM Arkadi Naiditsch)
  • Mensajes de textos por móvil:  principalmente recibir jugadas de un cómplice que está usando una computadora (ex. 2010 miembros del equipo olímpico Francés)

Ya, ya, estos últimos casos te parecen ejemplos extremos del mal perdedor o más bien del tóxico ganador. Sí, lo cierto es que cruzaron el límite de lo aceptable, pero antes de llegar a este nivel de intoxicación, podemos encontrarnos con “actitudes malperdedoras” intermedias, que flaco favor te hacen si quieres evolucionar en el juego.

La cuestión es que, te pongas como te pongas, en alguna ocasión vas a perder, y si no es en ajedrez, será en la vida; por lo que parece un planteamiento ventajoso adquirir habilidades para aprender a hacerlo de la mejor manera posible, ¿no crees?

¿Y a eso de perder, de verdad se aprende?

Sí, rotundamente sí. Afrontar la derrota no es algo que sólo puedan aprender los niños, es una habilidad que requiere de práctica, por lo que cualquier error es una oportunidad para entrenarse en ello.

¿Por dónde empezar este aprendizaje?: 3 claves para afrontar la derrota.

#1. Permítete enfadarte

Nadie te pide que bailes cuando acaban de hacerte jaque mate, de hecho la emoción que más adaptativa resulta en esos momentos es la de la rabia, la frustración o el enojo. Sirve para energetizarte y conducirte hacia la acción. 

Expresa el enfado verbalmente, dejando de lado los insultos, descalificaciones o ultimátum, tanto para contigo mismo (“dejo el torneo de este año, ya no vuelvo a jugar, hace falta ser estúpido, etc.”) como para el oponente (“éste es lo peor, es un imbécil, con gente así no se puede jugar, etc.”) Se trata más bien de que expreses la ira en primera persona, asumiendo la responsabilidad de tus acciones, en vez de centrarte en el otro.

derrota en ajedrez

#2. Cuidado con las atribuciones externas de los errores

Esto sucede cuando después de una derrota tiendes a buscar explicaciones en variables externas como: la mala suerte; el sol que hoy justo me daba en los ojos durante la partida; la cara del oponente que me ponía nervioso; iba a coger una pieza, pero me confundí y cogí otra etc.

Cada vez que te montas una teoría de la conspiración para no asumir que te has equivocado, estás más lejos de poder evolucionar.

Si no eres parte del problema, ¿cómo vas a ser parte de la solución? Si no dependía de ti, ¿qué te queda por hacer, cambiar o estudiar?

#3. El privilegio de la información más allá de la emoción.

Después de la derrota puedes citarte con la emoción un rato (enfado, frustración), pero con quien tienes que establecer un vínculo estrecho es con la información que te deja el campo de batalla. Sí o sí, ahora tienes algo que antes no tenías, sabes algo que antes no sabías, utilízalo a tu favor.

[quote_center]“Cuando se pierde no duele porque es una reflexión para la siguiente de las nueve partidas” Carla Heredia S. Maestra Internacional de 24 años.[/quote_center]

La equivocación era una de las opciones posibles, así que asúmela cuanto antes para que puedas hacer algo productivo con ella.

El verdadero ganador de ajedrez es aquel que sabe perder y lo acepta cuando le toca. Aprovecha para detenerse, reflexionar y entrenar, no busca excusas, no echa la culpa al otro o a las circunstancias. Su foco es: asumo, aprendo y me preparo para ganar la siguiente partida.

Deja tu comentario: ¿Eres de los que no soporta perder una partida? ¿Crees que no has evolucionado lo suficiente en ajedrez por no saber perder?

Reseña:

«Conocimientos Básicos de Ajedrez» escrito por Julio Ganzo. Uno de los capítulos finales que el autor tituló como «Deontología ajedrecística»:

[pull_quote_center]»Por eso el primer deber de todo buen aficionado es aprender a perder. Y solamente cuando esta lección esté bien sabida, sólo entonces, puede comenzarse el aprendizaje para ganar. Un juego de la categoría del ajedrez requiere cortesía en todo momento, extremándola cuando hay que reconocer los hechos adversos. Hay que saber perder con la sonrisa en los labios, reconociendo que en esta ocasión ha sido superado por su rival y felicitando al adversario deportiva y caballerosamente por su victoria.»[/pull_quote_center]

Sobre la autora:

Patricia es psicóloga y fundadora de www.tupsicologia.com. Es alguien que ha hecho de la psicología una profesión y un estilo de vida, sin guardar ningún secreto para sí misma, compartiendo lo que sabe con hispanohablantes de todo el mundo a través de la psicoterapia online.

¿Títulos? Sí, unos cuantos, pero experiencias vitales unas cuantas más.

Visita su web si necesitas ayuda psicológica, asesoramiento puntual o leer cualquiera de sus buenos artículos.

10 Comments

  • Alvaro García 22 octubre, 2015 at 1:18

    Cuando comprendes la causa de los errores y sientes que podrás superarla, logras transformar la derrota en el tablero en algo positivo que te fortalece.

    • Daniel Muñoz 22 octubre, 2015 at 17:55

      Efectivamente Alvaro. Aunque tampoco nos olvidemos de lo que nos llena la victoria. Al final, todo suma.
      Gracias por tu comentario!

      • Alvaro García 23 octubre, 2015 at 23:00

        Ganar sin quedar con dudas respecto a otras posibles defensas creo que es la máxima satisfacción.
        Por otra parte, analizar una imprecisión luego de haber ganado pese a todo se hace con mucha más calma y benevolencia que si la «partida ganada» se nos escapó.
        Muchas gracias Daniel por pensar en tu blog en todo lo que el ajedrecista precisa.

    • Patricia Córdoba 23 octubre, 2015 at 9:46

      Totalmente de acuerdo Álvaro, lo que indicas es otra forma de ganancia. En psicología se habla de resiliencia: la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. Su aplicación al ajedrez, me la guardo para otro artículo 🙂

      • Alvaro García 23 octubre, 2015 at 22:27

        Aceptar, comprender, tenerse paciencia y confianza… Enfrente los sentimientos que hieren: la oportunidad perdida, la inseguridad en sí mismo. Está bueno elegir dónde pararnos antes de empezar los análisis y cuestionamientos.

  • Patricia Córdoba 22 octubre, 2015 at 8:02

    Muchas gracias Daniel por darme la oportunidad de colaborar en tu Blog con una propuesta de cambio de enfoque. Las derrotas estarán ahí, querido lector yjugador, pero tienes mucho que hacer y decir en la forma de interpretarlas y afrontarlas, pues a perder también se aprende.

  • Fatima 22 octubre, 2015 at 10:35

    Articulo muy recomendable. Valido para el ajedrez y para la vida en general que esta llena de «partidas». No hay nada como aprender de los errrores. De una crisis, una oportunidad. Es importantisimo cambiar la perspectiva ante situaciones así.
    Enhorabuena por el articulo

  • Patricia Córdoba 22 octubre, 2015 at 17:52

    Efectivamente Fátima, el error está ahí, esperándonos, porque al fin y al cabo estaba dentro de lo posible. La forma de interpretarlo y lo que hagamos después es lo que diferencia un simple resultado negativo de una oportunidad de aprendizaje.

  • José María 23 octubre, 2015 at 7:31

    Hola Patricia

    Muy buen artículo, da en el quid de la actual plaga del ajedrez: las trampas, que no dejan de ser consecuencias del no saber perder como excelentemente indicas.

    Un conocido, veterano y conocedor de esto que nos ocupa, me dijo una vez: «cuando hagas un movimiento que tengas muy claro la razón del movimiento. Así podrás perder un punto, pero habrás aprendido la lección» Muchas veces, los que somos flojos, realmente no sabemos la razón por la que el juego ha llegado a estar perdido. Muchos pequeños errores que se acumulan hasta llegar a una posición pésima; aprender cuales han sido es la clave para la mejora.

    Espero verte más por aquí, con el permiso de Daniel.
    Saludos.

  • Patricia Córdoba 23 octubre, 2015 at 9:42

    Hola José María,
    Claro, por mi parte encantada de traer un poco de psicología al tablero.

    Gracias por tu aporte, justo apuntas a la interpretación del error como información valiosa, cuánto más inmediato sea el feedback o la retroalimentación del error, mejor. Sin embargo, muchas veces la actitud de frustración exacerbada o incluso la negación del error, puede jugar malas pasadas y hacer malas jugadas

    ¡Saludos!

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